Cuando intentemos realizar algo previamente imaginado, nos vamos a encontrar con un coeficiente de adversidad. Constantemente nos veremos en la necesidad de solventar dificultades, tendremos que corregirnos y trabajar para realizar lo que queramos.
Por ejemplo, podemos tener una mapa interno del recorrido de calles que utilizaremos para llegar a nuestra casa, y también puede resultar que una calle la hayan cortado sin enterarnos y tengamos que improvisar un desvío. O resulta que queríamos ir a determinado restaurante y lo han cerrado o no queda el plato que nos apetecía. Pasan muchas cosas continuamente que nos están obligando a afinar nuestros planes.
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